viernes, 17 de noviembre de 2023

Historia venerable del sábado.

Fue dado en la creación (Génesis 1:1-3).

"En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz."
(Génesis 1:1-3).

Abraham lo respetó (Génesis 26:5). 

"por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes."
(Génesis 26:5).

Fue santificado por los hebreos antes de la promulgación escrita de la ley (Éxodo 
16:21-30). 

"Y lo recogían cada mañana, cada uno según lo que había de comer; y luego que el sol calentaba, se derretía.
En el sexto día recogieron doble porción de comida, dos gomeres para cada uno; y todos los príncipes de la congregación vinieron y se lo hicieron saber a Moisés.
Y él les dijo: Esto es lo que ha dicho Jehová: Mañana es el santo día de reposo, el reposo consagrado a Jehová; lo que habéis de cocer, cocedlo hoy, y lo que habéis de cocinar, cocinadlo; y todo lo que os sobrare, guardadlo para mañana.
Y ellos lo guardaron hasta la mañana, según lo que Moisés había mandado, y no se agusanó, ni hedió.
Y dijo Moisés: Comedlo hoy, porque hoy es día de reposo para Jehová; hoy no hallaréis en el campo.
Seis días lo recogeréis; mas el séptimo día es día de reposo; en él no se hallará.
Y aconteció que algunos del pueblo salieron en el séptimo día a recoger, y no hallaron.
Y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo no querréis guardar mis mandamientos y mis leyes?
Mirad que Jehová os dio el día de reposo, y por eso en el sexto día os da pan para dos días. Estése, pues, cada uno en su lugar, y nadie salga de él en el séptimo día.
Así el pueblo reposó el séptimo día."
(Éxodo 16:21-30).


Promulgado en la santa ley (Éxodo 20:8-11). 

"Acuérdate del día de reposo para santificarlo.
Seis días trabajarás, y harás toda tu obra;
mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.
Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó."
(Éxodo 20:8-11).

Fue guardado por Jesús (S. Lucas 6:5; 4:16; S. Marcos 1:21). 

"Y les decía: El Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo."
(S. Lucas 6:5).

"Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer."
(S. Lucas 4:16).

"Y entraron en Capernaum; y los días de reposo, entrando en la sinagoga, enseñaba."
(S. Marcos 1:21).


Respetado por la Virgen María (S. Lucas 23:56). 

"Y vueltas, prepararon especias aromáticas y ungüentos; y descansaron el día de reposo, conforme al mandamiento."
(S. Lucas 23:56).

Guardado por los apóstoles (Hechos 13:14, 44; 17:2; 18:4). 

"Ellos, pasando de Perge, llegaron a Antioquía de Pisidia; y entraron en la sinagoga un día de reposo y se sentaron.
El siguiente día de reposo se juntó casi toda la ciudad para oír la palabra de Dios."
(Hechos 13:14, 44).

"Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo discutió con ellos,"
(Hechos 17:2).

"Y discutía en la sinagoga todos los días de reposo, y persuadía a judíos y a griegos."
(Hechos 18:4).

Se respetará en el cielo (Isaías 66:22, 23).

"Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecerán delante de mí, dice Jehová, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre.
Y de mes en mes, y de día de reposo en día de reposo, vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehová."
(Isaías 66:22-23).

No hay derecho a efectuar cambios.

Dios es inmutable (Malaquías 3:6). 

"Porque yo Jehová no cambio; por esto hijos de Jacob no habéis sidos consumidos." 
(Malaquías 3:6)

Jesús es inmutable (Hebreos 13:8). 

"Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos."
(Hebreos 13:8)

Ni hombres ni instituciones tienen derecho a efectuar cambios en la ley de Dios (S. Mateo 5:18, 19; 15:6, 9; Eclesiastés 3:14).


"Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.
De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, este será llamado grande en el reino de los cielos.
(S. Mateo 5:18-19).

"ya no ha de honrar a su padre o a su madre. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición.
Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres."
(S. Mateo 15:6, 9).

"He entendido que todo lo que Dios hace será perpetuo; sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá; y lo hace Dios, para que delante de él teman los hombres."
(Eclesiastés 3:14).

El cristiano debe seguir el ejemplo de 
Jesús. 

Jesús respetó los mandamientos y guardó el santo sábado (S. Lucas 4:16). El verdadero cristiano sigue en todo el ejemplo de Jesús (1 S. Pedro 2:21; 1 S. Juan 2:6; 3:3; S. Juan 14:15).

"Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer."
(S. Lucas 4:16).

"Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;"
(1 Pedro 2:21).

"El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo."
(1 Juan 2:6).

"Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro."
(1 Juan 3:3).

"Si me amáis, guardad mis mandamientos."
(S. Juan 14:15).

El Día del Señor.

El título Día del Señor corresponde legítimamente al sábado (Apocalipsis 1:10; S. Mateo 12:8). 

"Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,"
(Apocalipsis 1:10).

"porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo."
(S. Mateo 12:8).

El sábado es un recordatorio perpetuo del poder creador de Dios.

A través de los siglos, el sábado ha ocupado el séptimo lugar en la semana. La Biblia lo identifica como séptimo día en varios textos (Éxodo 16:26; 20:8-11; 35:2; Levítico 23:3; Ezequiel 46:1; S. Lucas 13:14). “Sábado en el lenguaje hebreo significa descanso, y es el séptimo día de la semana”.Diccionario teológico de Back.

"Seis días lo recogeréis; mas el séptimo día es día de reposo; en él no se hallará."
(Éxodo 16:26).

"Acuérdate del día de reposo para santificarlo.
Seis días trabajarás, y harás toda tu obra;
mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.
Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó."
(Éxodo 20:8-11).

"Seis días se trabajará, mas el día séptimo os será santo, día de reposo para Jehová; cualquiera que en él hiciere trabajo alguno, morirá."
(Éxodo 35:2).

"Seis días se trabajará, mas el séptimo día será de reposo, santa convocación; ningún trabajo haréis; día de reposo es de Jehová en dondequiera que habitéis."
(Levítico 23:3).

"Así ha dicho Jehová el Señor: La puerta del atrio interior que mira al oriente estará cerrada los seis días de trabajo, y el día de reposo se abrirá; se abrirá también el día de la luna nueva."
(Ezequiel 46:1).

"Pero el principal de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiese sanado en el día de reposo, dijo a la gente: Seis días hay en que se debe trabajar; en estos, pues, venid y sed sanados, y no en día de reposo."
(S. Lucas 13:14).

El domingo no es Día de Reposo.

En el Nuevo Testamento aparece ocho veces la expresión “primer día de la semana” referida al domingo (S. Mateo 28:1; S. Marcos 16:2, 9; S. Lucas 
24:1; S. Juan 20:1, 19; Hechos 20:7; 1 Corintios 16:2). Todas las veces se le asigna el nombre “primer día de la semana”, sin atribuirle significación religiosa. En contraposición, 59 veces se refiere al 
sábado, usando la palabra sábbaton, que significa reposo.

“Podéis leer la Biblia desde el Génesis hasta el Apocalipsis y no encontraréis una sola línea que autorice la santificación del domingo. Las Escrituras hablan de la observancia religiosa del sábado, día que nosotros jamás santificamos”.
Cardenal Gibbons, 

¿Cómo se efectuó el cambio?

La Biblia predice atentados graves contra la ley de Dios (Daniel 7:25; 8:12). Asimismo, los apóstoles previenen a los cristianos sobre la apostasía y la introducción de herejías en el seno de la iglesia (Hechos 20:28, 30; 2 Tesalonicenses 2:3, 4; Romanos 1:25).

El cambio no fue hecho por Cristo ni por los apóstoles, sino que sobrevino poco a poco en una iglesia que se había apartado de los principios eternos de la Ley de Dios. 

Entraron en la iglesia miles de paganos que no estaban plenamente con-
vertidos y que adoraban al sol, cuyo culto se hacía en el primer día de la semana. 

Durante un tiempo se guardaron los dos días. Hasta que Constantino emitió su famoso decreto por el cual ordenaba que 
se santificara únicamente el domingo.

Dice el decreto de Constantino: “Descansen todos los jueces, la plebe de las ciudades y los oficios 
de todas las artes, en el venerable día del sol”.
Neander, notable profesor de Historia 
Eclesiástica de Berlín, declara: “La fiesta del domingo como todas las fiestas, no fue jamás sino una ordenanza humana; los apóstoles no soñaron con erigir un mandamiento divino al respecto, como tampoco soñó la Iglesia Apostólica Primitiva trasladar al domingo las prescripciones del sábado”. Dios jamás podrá aprobar dichos cambios. 

Nuestro Señor Jesús reprochó severamente a quienes anteponían enseñanzas humanas a las divinas 
(Salmos 89:33, 34; S. Mateo 15:3, 9).

El sello de Dios.

Dios ha establecido pruebas de obediencia y lealtad para determinar quiénes son sus hijos fieles. 

En el Edén, era el árbol de la ciencia del bien y del mal. Ahora, el Señor tiene un sello, mediante el cual conoce a los que son suyos (2 Timoteo 2:19). Con dicho sello señalará o sellará a sus hijos (Apocalipsis 7:2, 3). Por eso, santificar el sábado es señal entre Dios y sus hijos (Ezequiel 20:12; 20).

La forma de respetar el sábado. Dios re-
quiere la cesación del trabajo regular (Éxodo 20:8-11; 31:13-18, 34:21). No se debe comprar ni vender (Nehemías 10:31; 13:15-20). Lo más indicado es asistir a un culto religioso (Levítico 26:2; Hebreos 10:2-5; S. Lucas 4:16; Hechos 17:2). 

También es propio realizar obras de bien (S. Marcos 3:4; S. Mateo 12:12).

Dios ayuda a quienes lo obedecen. 

Es necesario cumplir la voluntad de Dios (S. Mateo 7:21). Hay que obedecer todo lo que Dios manda (Santiago 2:10). El motivo de la obediencia es el amor (S. Juan 14:15). 

Cuando guardamos el sábado recibimos las bendiciones prometidas (Deuteronomio 11:26, 27; Isaías 41:10; Salmos 37:25; Isaías 58:13, 14).

La restauración del sábado.

A causa de la apostasía de la Iglesia Cristiana, el sábado fue cambiado por “el venerable Día del Sol”, o sea el domingo. Pero la Santa Biblia había predicho que la observancia del santo mandamiento sería restaurada por un pueblo que sería llamado “reparador de portillos” (Isaías 58:12, 13). Dicho pueblo “guardan los mandamientos de Dios” (Apocalipsis 12:17; Isaías 66:23).

Por eso, la Iglesia Adventista del Séptimo Día respeta el día del Señor. Cada sábado, en todos los rincones del mundo, se reúnen millones de personas para alabar y adorar a Dios.

El culto sabático.

La parte central de la celebración del sábado la constituye el culto de adoración a Dios. Se celebra en la mañana y consta de una escuela para el estudio de la Santa Biblia. Luego viene el culto propiamente dicho, cuya parte central es la predicación 
a cargo de un ministro o laico. Los fieles participan activamente por medio del canto, la oración, la lectura de la Biblia y las ofrendas. La tarde se dedica a descanso, la lectura y meditación, la actividad misionera y una reunión dedicada a los jóvenes.

¿Cuál es la verdad?

Siendo que tantos millones de cristianos santifican el domingo, muchos se preguntan perplejos: 
“¿Quién estará en lo cierto?” Nada más fácil de resolver. Debemos preguntarnos con absoluta sinceridad: “¿Cuál es la verdad?” Luego, cuando la hayamos descubierto en la Biblia, debemos 
obedecerla fielmente.

Sabemos que la Biblia contiene la verdad (S. Juan 17:17). La Biblia establece como único día de descanso el sábado. Y “la palabra de Dios permanece para siempre” (Isaías 40:8).

Jesús es la revelación más pura de la verdad. Su misión era dar “testimonio de la verdad” (S. Juan 18:37). Y Jesús guardó únicamente el sábado. Nos enseñó que debemos seguir su ejemplo (S. Juan 
13:15, 17). “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Hebreos 13:8).

La ley de Dios es la verdad (Salmos 119:142). 

En la ley se especifica claramente a santidad del sábado. Y los mandamientos han sido establecidos para siempre (Salmos 119:152).

Dios es la fuente suprema de la verdad; Jesús, la Biblia y la ley son exponentes de la verdad, y enseñan definidamente la santidad del sábado. 

¿Qué haremos? Ojalá digamos: “Escogí el camino de la verdad”. (Salmos 119:30).

¿Por qué guardo el sábado?

Si alguien nos preguntara: “¿Por qué respeta usted el sábado?”, podríamos darle 6 razones incontrovertibles.

1. Porque creo que hay un día del Señor, el 
sábado (S. Marcos 2:27, 28).

2. Porque quiero ser un cristiano cabal. Para ello debo seguir en los pasos de Jesús (1 S. Pedro 2:21). Jesús respetó celosamente el sábado, y dijo que no había venido a cambiar los mandamientos (S. Mateo 5:17, 18). Por lo tanto, debo respetarlo.

3. Porque no cabe duda que si Cristo, la Virgen María y los apóstoles estuvieran hoy en la tierra, guardarían fielmente el sábado 
(Hebreos 13:8).

4. Porque quiero ser un fiel hijo de Dios; fue él quien creó el sábado.

5. Porque creo en la Biblia. Ella me dice explícitamente que el sábado es santo.

6. Porque quiero estar con Jesús en el cielo. 

Allí se guardará el sábado (Isaías 66:22, 23).

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